Mitos y Realidades del Aborto
Autor: Oscar Fernández Espinoza de los Monteros
Capítulo 22: Católicas con el Derecho a Decidir
22 MITO. Las “Católicas por el Derecho a Decidir” pertenecemos a la Iglesia Católica porque somos bautizadas, sin embargo tenemos opiniones distintas a lo que enseña el Papa en ciertas materias, como por ejemplo el aborto.
REALIDAD. Existen innumerables materias opinables en donde cada persona, católico o no, puede manifestar libremente sus convicciones, sin embargo algunas pocas verdades han sido enseñadas por la Iglesia para sus fieles. A este respecto señala la Lumen Gentium, n° 25: “los fieles (...) tienen la obligación de aceptar y adherirse con religiosa sumisión de espíritu al parecer de su obispo en materias de fe y de costumbres cuando él las expone en nombre de Cristo” ¿Cómo explican estas personas autodenominadas “Católicas por el Derecho a Decidir” (CDD) su falta de adhesión?
Los obispos mexicanos descalificaron públicamente a la asociación autodenominada “Católicas por el Derecho a Decidir”, debido a que a nadie le es lícito atribuirse el supuesto “derecho a elegir” cuando se trata de la vida de una persona. A nadie, sacerdote o fiel, es lícito manipular la Sagrada Escritura o el Magisterio para justificar una opinión personal en esta materia.
La Iglesia denunció al grupo autodenominado “Católicas por el Derecho a Decidir (CDD)”. La jerarquía eclesiástica precisó que las CDD reciben millonarios financiamientos en dólares de poderosas fundaciones estadunidenses como la Ford, Rockefeller Dayton, Packard, y Mac Arthur, entre otras. Eso, sin contar con los recursos que les proporcionan los organismos de la propia ONU, y, en el caso de México, el Consejo Nacional de Población (CONAPO). “Nadie que esté a favor de la práctica del aborto, de la unión entre homosexuales y la adopción de niños por estas parejas; del uso indiscriminado de anticonceptivos entre adolescentes y la esterilización masiva como método de control demográfico, puede llamarse legítimamente católico” advirtió la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Además el Romano Pontífice, como piedra que soporta el peso de la Iglesia Católica, es el único colocado al frente. Su doctrina ha de aceptarse aun cuando no se hable ex cathedra, y aceptarse en su totalidad.
Por tanto, maestro en la Iglesia no es quien se presente a sí mismo de entre el pueblo, por más títulos que pretenda aducir.
Tampoco sorprende este mito, pues lo mismo se hizo en Estados Unidos para liberar el aborto en los años setenta, se fue contra la Iglesia presentando mujeres católicas para llevarlas al frente como escudos, para que dijeran que estaban a favor del aborto
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